lunes, 18 de abril de 2011

Didáctica del Lenguaje

La Escuela (como el espacio donde sistemáticamente, se posibilita la aprehensión del conocimiento) debe enseñarles a los niños y niñas y a la juventud en general que a ella asisten, a desenvolverse ágilmente con el Lenguaje, a comunicarse, a ser personas con altos niveles de criticidad social e individual, con muy altos principios éticos, estéticos e intelectuales.  Un mecanismo ideal para el logro de estas metas, sería instaurar procesos didácticos, elementos teóricos y prácticos pertinentes, que permitan el desarrollo de  competencias  básicas comunicativas.  Esto es,  en síntesis, enseñar a leer y escribir.  

Desde que llegamos por vez primera a una Institución Educativa, en términos de centro escolar,  hasta que de ella partimos al finalizar el último nivel de aprendizaje, estamos siempre vinculados con la lectura  y la escritura.  Cuentos, poemas, canciones, mitos, leyendas, chistes, adivinanzas, hacen parte de nuestro mundo inicial con las palabras.  A medida que vamos creciendo  nos vamos volviendo seres sociales y  es, precisamente, la palabra la que determina nuestros  vínculos con los otros, con los demás que hacen parte de nuestro mundo inmediato.  No hablamos del  Lenguaje en general, como ocurre con  las relaciones familiares y en particular maternales,  sino de la palabra como eje movilizante de los vínculos que vamos construyendo a lo largo de nuestras vidas.

La verdad más inmediata, para justificar todo este entramado discursivo,  es que somos seres culturales que pensamos una realidad y la comunicamos, la evidenciamos y la inferimos para interpretarla y comprenderla.

Cómo la Escuela puede hacernos más competentes en nuestro uso cotidiano del Lenguaje.  Mediante cuáles estrategias didácticas pertinentes, somos capaces de volvernos mejores lectores  y mejores escritores, no sólo en términos literarios, sino también refiriéndonos a las otras múltiples opciones que a nuestro alrededor encontramos a diario.

Cómo optimizar, en la práctica académica, las experiencias comunicativas de los niños y niñas que van a la escuela,  ya no para aprender de memoria ciertas grafías aisladas y fragmentadas, sino para tener dominio claro de las estructuras semánticas que son parte de su mundo actual y se van incorporando a sus estructuras significativas.

Desde pequeños nos sorprendemos con las primeras letras escritas en los cuadernos del preescolar.  Desde pequeños nos asombramos con las primeras palabras que leemos.  Quién no ha compartido la alegría de los chiquillos cuando impacientes, esperan el final de un cuento o ruegan con ahínco, para que se les repita el final de una historia de duendes, fantasmas,  gnomos traviesos o animales fantásticos.

La felicidad, como búsqueda perenne del Ser Humano, es una construcción continua y permanente.  El Lenguaje, eje multidinámico de los actos comunicativos, puede brindárnosla  a través del placer de la lectura, de la alegría que nos brindan los libros  y desde el asombro que experimentamos ante nuestras propias creaciones literarias o textuales. La Escuela puede, por medio de prácticas comunicativas de orden estético, convertirse en el camino ideal para el goce con las palabras y las imágenes, donde leer y escribir sean de verdad un asunto lúdico, pleno de encanto, magia y satisfacción individual.

nuestras propuestas didácticas para la enseñanza y la evaluación en el área del Lenguaje, están pensadas para facilitarles a los maestros y maestras de Colombia sus actividades pedagógicas y a la vez, ofrecerles mecanismos prácticos para elaborar proyectos de aula y virtuales, buscando que los niños, niñas y jóvenes en edad escolar, tengan acceso real al desarrollo integral de sus habilidades comunicativas.   

 Tres postulados muy sencillos, resumen el quehacer de esta propuesta pedagógica:
1°     se aprende a leer leyendo,
2°     se aprende a escribir escribiendo,
3°     aprendemos  aprehendiendo la realidad con la palabra.  Sólo la palabra nos redime del mundo y conjura la verdad que nos atañe.

Esperamos que nuestras charlas, claras, sencillas y coherentes con la búsqueda escolar del momento, sean  útiles  a todos los maestros y maestras que a ellas tengan acceso y puedan, mediante prácticas significativas, redimensionar su valiosa tarea como pedagogos al servicio de la infancia y la juventud de nuestro país.


Leonardo Fabio Marín Zapata
Conferencista
Licenciado en Español y Comunicación Audiovisual 
U.T.P 



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